El trabajo versa sobre la necesidad de entender, analizar y valorar la Construcción Social del Hábitat como una herramienta fundamental a la hora de construir un orden urbano basado en la inclusión, en la apropiación responsable de la ciudad, y en el derecho a la diferencia que, desde el planteamiento topo (lugar) — fílico (afectivo) que acompaña estas páginas, preyace en los postulados de toda auténtica gobernabilidad democrática. La reflexión pretende abordar una mirada crítica y propositiva que, apoyada en la evaluación de dos casos de estudio: el de México D.F. y de Bogotá, durante el período 1992–2013, permita pensar la ciudad latinoamericana en su problemática común a este respecto.