Prólogo de Silvia Sesé
«He tenido la inmensa suerte de haber podido ejercer durante cincuenta años este oficio de locos, como lo llamó Inge Feltrinelli, y que también es el mejor oficio del mundo, como pensamos muchos», dice Jorge Herralde, y el oficio al que se refiere es, claro, el de editor.
Este libro arranca precisamente con la minuciosa descripción de un día cualquiera en la vida de un editor. Y, a partir de ahí, una sucesión de textos de origen diverso artículos, discursos, entrevistas, entradas de diario…–componen un completísimo recorrido por los secretos del sector editorial y por la evolución y las entrañas de Anagrama desde su fundación en 1969 hasta el presente.
El lector tendrá acceso a una visión de insider –perspicaz y con toques de fina ironía marca de la casa— del mundo editorial; de los primeros años de andadura de Anagrama en el tardofranquismo y la Transición –incluidos los combates con la censura, los secuestros de libros y hasta un incendio provocado en la distribuidora; de la creación y desarrollo de colecciones imprescindibles como «Panorama de narrativas»; de la importancia del humor british en el catálogo; de la intensa relación del editor con Latinoamérica, con especial atención a México y Argentina; de su paso
por las ferias del libro –Frankfurt, Guadalajara, París…–; de los contactos con autores y colegas editores, como los que se producen durante un viaje por Estados Unidos con visitas a Grace Paley, Eudora Welty, Lawrence Ferlinghetti, Tom Wolfe, Sonny Mehta…; del encuentro con esa insuperable generación de autores ingleses bautizada como British Dream Team; de la intensa vida social y cultural durante una estancia en París evocada en un diario…
Además del impagable anecdotario, el libro ofrece una rica panorámica del universo de la edición, retratos de escritores como Luis Goytisolo o Bolaño, de editores como José Manuel Lara Bosch y Jérôme Lindon, y reflexiones muy jugosas sobre la industria del libro: los peligros de la concentración editorial; el futuro cargado de incertidumbres, pero también de posibilidades…
Un día en la vida de un editor se suma a libros anteriores de Jorge Herralde como Opiniones mohicanas y Por orden alfabético en la construcción de una suerte de memorias abocetadas mediante la suma de textos diversos que, a modo de piezas de un mosaico, perfilan la trayectoria del fundador de Anagrama, una de las editoriales europeas verdaderamente imprescindibles de la segunda mitad del siglo XX y lo que llevamos del XXI.
Prólogo de Silvia Sesé
«He tenido la inmensa suerte de haber podido ejercer durante cincuenta años este oficio de locos, como lo llamó Inge Feltrinelli, y que también es el mejor oficio del mundo, como pensamos muchos», dice Jorge Herralde, y el oficio al que se refiere es, claro, el de editor.
Este libro arranca precisamente con la minuciosa descripción de un día cualquiera en la vida de un editor. Y, a partir de ahí, una sucesión de textos de origen diverso artículos, discursos, entrevistas, entradas de diario…–componen un completísimo recorrido por los secretos del sector editorial y por la evolución y las entrañas de Anagrama desde su fundación en 1969 hasta el presente.
El lector tendrá acceso a una visión de insider –perspicaz y con toques de fina ironía marca de la casa— del mundo editorial; de los primeros años de andadura de Anagrama en el tardofranquismo y la Transición –incluidos los combates con la censura, los secuestros de libros y hasta un incendio provocado en la distribuidora; de la creación y desarrollo de colecciones imprescindibles como «Panorama de narrativas»; de la importancia del humor british en el catálogo; de la intensa relación del editor con Latinoamérica, con especial atención a México y Argentina; de su paso
por las ferias del libro –Frankfurt, Guadalajara, París…–; de los contactos con autores y colegas editores, como los que se producen durante un viaje por Estados Unidos con visitas a Grace Paley, Eudora Welty, Lawrence Ferlinghetti, Tom Wolfe, Sonny Mehta…; del encuentro con esa insuperable generación de autores ingleses bautizada como British Dream Team; de la intensa vida social y cultural durante una estancia en París evocada en un diario…
Además del impagable anecdotario, el libro ofrece una rica panorámica del universo de la edición, retratos de escritores como Luis Goytisolo o Bolaño, de editores como José Manuel Lara Bosch y Jérôme Lindon, y reflexiones muy jugosas sobre la industria del libro: los peligros de la concentración editorial; el futuro cargado de incertidumbres, pero también de posibilidades…
Un día en la vida de un editor se suma a libros anteriores de Jorge Herralde como Opiniones mohicanas y Por orden alfabético en la construcción de una suerte de memorias abocetadas mediante la suma de textos diversos que, a modo de piezas de un mosaico, perfilan la trayectoria del fundador de Anagrama, una de las editoriales europeas verdaderamente imprescindibles de la segunda mitad del siglo XX y lo que llevamos del XXI.