En realidad, todo ello es una proyección para no tener que enfrentarnos a nuestro interior, a nuestros propios mecanismos personales. Este es un buen ejemplo de lo que es realidad e irrealidad. El afán de búsqueda en cosas externas y de querer desentrañar todos sus mecanismos es proporcional a la desconexión de nosotros mismos