Además de extraordinario narrador y ensayista, Jorge Luis Borges fue un excelente poeta. De hecho, puede decirse que la poesía es el alma de su obra. Indisociable de sus cuentos y ensayos, estos poemas son parte indispensable del universo borgiano y constituyen una indagación paralela a los asuntos que siempre le apasionaron: los libros, la memoria, los laberintos, los espejos, el amor o la eternidad. De los poemas que integran esta fantástica colección cabe destacar «El mar», «Arte poética», «El laberinto», «Límites» y su primer libro de poesía Fervor de Buenos Aires, entre otros muchos. Dueño de un fino oído y una impresionante capacidad para crear imágenes memorables, Borges revive en sus grandes poemas la intensidad que recorre la gran tradición occidental desde Homero hasta Eliot. En palabras del propio Borges: «Ajedrez misterioso la poesía, cuyo tablero y cuyas piezas cambian como en un sueño y sobre el cual me inclinaré después de haber muerto».