¿Qué sabemos en realidad de nuestra propia madre? ¿Cómo la construimos o la reconstruimos en base a un manojo de recuerdos desordenados? En esta breve novela, Appratto busca a su madre en las películas que ella miraba, en los libros que leía, tal vez en los momentos en los que se quedaba en el balcón con la mirada perdida o en su gusto por los días nublados. Con la misma honestidad sin concesiones que descubrió en Íntima para hablar de su padre, el autor procura un retrato de su madre, aunque desplazado, levemente fuera de foco, y encuentra, a cada trazo, la literatura.