Siempre es difícil adentrarse a la vida de las personas, sobre todo cuando sus circunstancias han sudo tan desfavorecidas. Martes nos cuenta en estás líneas sus desventuras al tratar de encontrar su lugar como afrodescendiente en un país al que no se siente bienvenida y con el que comparte poco debido a su nacimiento en Francia.
El camino que recorre Maryse está plagado de desdichas, dolor, insertidubre, pérdidas, engaños, traiciones, abandonos, culpa e injusticias. Pocas veces se le tendió una mano amiga, aunque hubieron los casos en que fue salvada por la generosidad de las personas que se convirtieron en amigos.
No he tenido el gusto de leer el trabajo de la autora, pero me siento inclinada a hacerlo ahora que tengo el concepto de muchas. Me estemece pensar en las palabras que esa mujer pudo plasmar en novelas sabiendo dónde basó algunas de las situaciones que adornan sus historias.
Este fue un gran descubrimiento de una realidad totalmente distinta a la mía. Valió muchísimo la pena.
Gran historia de Maryse Condé basado en un personaje histórico real Tituba, una esclava negra que fue juzgada y encarcelada en Salem, Estados Unidos en el siglo XVII durante los juicios de histeria colectiva que desembocó en la tortura y muerte de muchas personas (negras y blancas) acusadas por sus vecinos, amigos y hasta familiares de brujería. Tituba aunque existió, y su rastro se pierde después de su encarcelamiento, se le ha dado una voz propia para narrar y denunciar los abusos de aquella época y al mismo tiempo contar sus orígenes antillanos a través del folclor y riqueza de sus raíces.
Potente y profunda, está novela nos invita a la reflexión y a visibilizar las atrocidades del pasado para evitar que se repitan en el futuro.