Jesús con tres hombres. En ellos y en sus respuestas se refleja lo que es el seguimiento, lo que significa el sacerdocio. Sorprende, en primer lugar, el hecho de que Jesús rechace al que se le acercó primero y le dijo que quería seguirle. Esto significa que el seguimiento o —para llamarlo ya, sin más rodeos, por su verdadero nombre— el sacerdocio no lo puede elegir nadie por su propia decisión. No es posible imaginarlo como un modo de conseguir seguridad en la vida, de ganarse el sustento, de obtener una cierta posición social. No se le puede elegir simplemente como algo que proporciona seguridad, amistad, protección y cobijo, como un medio con que poder organizar la vida. Jamás puede ser simple medio de asegurar la subsistencia, elección personal. Nadie puede darse a sí mismo o por sí mismo el sacerdocio auténtico. Sólo puede ser respuesta a su voluntad, a su llamada.