El Parlamento se hundía en el pantano de los conflictos nacionales: en el Reichstag estaban representados más de 30 países diferentes, una situación que, desde luego, lo había vuelto inoperante. Un ejemplo: los 87 diputados socialdemócratas se repartían entre 50 alemanes, 20 checos, siete polacos, cinco italianos y dos rutenos.