Dostoyevski es un tipo muy realista, y me encanta poder leer en él un realismo romántico.
Creo que voy en una racha, -nada planeada para ser honesta-, ya que llevo leyendo tres libros seguidos que hablan sobre amor no correspondido, y me es imposible no proyectarme en los personajes cuyo corazón es rechazado, en este caso, el protagonista sin nombre. Es un tipo solitario, pero con mucha imaginación y en consecuencia poca vida social, nadie lo entiende, así como nadie entendía a Werther, pero esto cambia cuando conoce a Nastenka, a quien ama desde que la ve, ya que en un momento dado le dice que siente compasión por ella, y eso es sinónimo de amor en la literatura rusa, y está muy marcado en los escritos de Dostoyevski. Cuando está con ella por fin logra tener una identidad, logra ser, parecer y sentirse alguien, a pesar de que sabe que sus corazones no están destinados.
Es frustrante ver como la persona que amas muere por alguien que no le daría ni la mitad de lo que tú puedes ofrecerle, es frustrante amar y no ser amado, porque quien se enamora no es culpable y la otra persona carece de culpa al no poder corresponder a estos sentimientos, por más puros que sean, porque cuando se ama a alguien, solo existe esa persona. Y es sumamente frustrante y doloroso callar y sacrificar por la felicidad de la otra persona, pero, entre tantas otras cosas, el amor es eso. Durante las noches logra creer que al fin su soledad será un recuerdo, pero la mañana viene con la realidad de su desgracia, y en medio de su ya tan conocido y rutinario exilio no puede odiar a su amada y le desea felicidad, porque así pasa en estos casos, si a la persona a la cual se ama está viva a causa del latido de su corazón por otro ser, uno estará -o al menos tratará- de estar vivo también. Esto le pasa a nuestro protagonista, y me abate el hecho de que tuvo que volver a la soledad justo cuando salió de ella y vio lo que verdaderamente es vivir sentir, y ahora sus fantasías tendrán el toque de Nastenka, aunque me encantaría creer que esto le dejó una huella, que se resignará por el amor fallido y saldrá a buscar la vida que conoció fuera de sus paredes rodeadas de telarañas.
Hablando de ella, su actuar no me parce correcto en lo absoluto. Su vida ha sido bastante complicada, es verdad, pero eso no justifica sus acciones. A raíz de la partida de su amado y el dolor e impacto que esto provocó en su vida veía en nuestro protagonista sin nombre una especie de premio consuelo, una copia de quien ella amaba en verdad, un reemplazo con el ya hizo planes de vida en un arranque, vida que haría pensando en otro. Es verdad que nunca le ocultó que su corazón le pertenecía a alguien más, pero sus acciones y comentarios tales como: "me enoja un poco que no estés enamorado de mí" sabiendo ya que él sentía un ligero gusto, pues esto lo confiesa en la cuarta noche, me parece sumamente innecesario. Considero que debió mantenerse en la postura del inicio diciéndole que no debe enamorarse de ella.
Es errática la forma en la que se despide de él y luego como ratifica que lo ama y menciona al hombre que le ha robado su futuro en la misma misiva. ¿Cómo puede ser que se haya despegado de los brazos del hombre que más la ha comprendido en su dolor para ir a los de quien ha provocado todas esas lágrimas? Son cosas que no tienen sentido viéndolo desde la razón, pero cuando los sentimientos se sobreponen, cuando se ama a alguien con tal devoción, será solo esa persona en la mente y el corazón, sin importar nada más.
Uno sabe en el fondo de su corazón cuando sigue amando a alguien. La cuarta noche debió dejar que él se marchara y no decirle que se quede y decirle falsedades. Pensó en ella todo el tiempo y nunca en él, cuando lo correcto era decirle que asumiría con responsabilidad el abandono de él, que lo superaría, pero que seguía amando y no podía amar a nadie más en ese momento de su vida. En un inicio lloré de tristeza, pero luego de coraje y no hay una Nastenka a la cual pueda reclamarle. Espero que mi muchacho haya salido de la rutina y encuentre la paz que necesita, aunque conociéndolo, pasó todo lo contrario.