Si quieres experimentar lo sobrenatural, tienes que intentar algo que esté más allá de tu capacidad natural. Si quieres experimentar la provisión milagrosa de Dios, tienes que intentar algo que esté más allá de tus recursos. Puede que no sean muchos, pero Dios puede hacer que se multipliquen al igual que lo hizo en un campo de sueños lleno de cinco mil almas hambrientas hace dos mil años.