Los antiguos nahuas, por ejemplo, creían ver a los dioses en el otro tiempo-espacio durante el sueño, y en su visión encontraban la respuesta para los acontecimientos futuros. Al regresar el recuerdo no era tan claro pues el paso trastocaba las imágenes. Se necesitaba consultar entonces a los sacerdotes, quienes leían los temicámatl o libros de los sueños, de los que apenas quedan vestigios