Seleccionó solamente a diez, las mejores de la ciudad, aquellas que le parecieron más duchas y charlatanas, y que fueron Zeza la patoja, Cecea la chueca, Meneca la papuda, Tolla la nariguda, Popa la gibosa, Antonella la cachazuda, Ciulla la jetona, Paola la bizca, Ciommetella la tiñosa y Iacova la perdularia.