como el hilillo de carne que se aferra a un diente de leche, por utilizar un símil. Todo el mundo está a un paso de perder la razón; nadie es inmune. A veces le toca a uno, y eso es todo, señor. Se enciende el interruptor de la enfermedad mental, y algunas veces uno no puede hallar un motivo concreto, y otras veces uno sí puede, como es su caso.
–Entiendo.