Era tan difícil de aceptar para mi terco corazón que no quería que nadie lo dominara? Me pertenecía a mí, a nadie más. A mí y solo a mí. ¿Cuántas veces tendrían que romperme el corazón para que él dejara de entregarse con tanta desesperación? Supe que demasiadas para ser feliz