en ese mundo distópico, en el que los lazos familiares y de amistad, tanto como las relaciones íntimas, están prohibidos o cuestionados. Para impedir que se cuelen dudas o se filtre cualquier tipo de insatisfacción, todos los habitantes de esta sociedad reciben o tienen a mano una sustancia llamada soma, especie de psicotrópico que anula todo rastro de ansiedad, inquietud, miedo o incluso amor, y que los mantiene, o los devuelve, a un estado de “felicidad” hipnótica, alejados de lo que cierto personaje de la obra describe como una montaña rusa de angustia, en la que las emociones, los sentimientos o el dolor del vacío existencial pugnan por emerger.