Jana Aston

Lloro sin parar en el asiento trasero del taxi con unos lagrimones que hacen que el taxista me mire por el espejo retrovisor hasta que me tumbo en el asiento y no puede verme más. Estoy cansada.

¿Me acaba de desear buena suerte para echar un polvo?

—. Entre nosotros es diferente, Sophie. No tienes ni idea.

culpa y se aleja de la mesa.

Por desgracia, no creo que mis fantasías sean correspondidas.

Le alcanzo un montón de paquetes de quinientos gramos del Estimúlame etiquetados para su venta individual y me apoyo en el mostrador de enfrente.

Todavía me arde el culo en el lugar donde me ha pegado.

Luke me quita la chaqueta de la mano y la tira al suelo.

Tienes un talento encantador para las palabras, Everly.

Una locura. Ya me estoy preguntando si con mi futuro trabajo podré pagarme la terapia que obviamente necesito.