Durante mi primer año en la Universidad de Chicago, la pregunta que me hacía a mí mismo era la siguiente: «¿De dónde viene la música?». El intento de responderla me llevó a la composición de mi primera pieza musical.
Más de una docena de años después, todavía reflexionando sobre la misma pregunta, se la planteé Ravi Shankar. Su respuesta fue hacerle una reverencia a una fotografía de su gurú y decir: «Gracias a la benevolencia de mi gurú, el poder de su música ha llegado a mí».
Con el tiempo, para mí la pregunta ha ido transformándose en esta otra: «¿Qué es música?».
Por un tiempo, la respuesta que encontré fue que la música es un lugar. Con ello quiero decir un lugar tan real como Chicago o como cualquier otro sitio que se le pueda a uno pasar por la cabeza, con todos los atributos de la realidad (profundidad, olor, memoria).