Di dos, y no me dejes
en la posada a mí cuando te quejes; que si dos hemos sido
los que de nuestra patria hemos salido a probar aventuras,
dos los que entre desdichas y locuras aquí habemos llegado,
y dos los que del monte hemos rodado, ¿no es razón que yo sienta
meterme en el pesar, y no en la cuenta?