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Louise Glück

  • Jennifer Gutiérrezhas quotedlast month
    LAS MIGRACIONES NOCTURNAS

    ESTE es el momento en que de nuevo ves
    las bayas rojas de la ceniza del monte
    y en el cielo oscuro
    las migraciones nocturnas de los pájaros.
    Me entristece pensar
    que los muertos no van a verlas:
    esas cosas de las que dependemos
    desaparecen.
    ¿Qué hará entonces el alma para consolarse?
    Me digo que quizá no necesite
    ya esos placeres;
    quizá sencillamente no ser baste
    por duro que resulte imaginarlo.
  • Rafael Ramoshas quoted2 years ago
    Estoy aquí contigo, en la ventana,
    observando tu reacción. Ayer
    la luna se alzó sobre la tierra mojada del jardín.
    Hoy la tierra brilla igual que la luna,
    como materia muerta, encontrada de luz
  • Rafael Ramoshas quoted2 years ago
    SOBRE el mundo quieto, un ave llama,
    solitaria despierta en el negro ramaje.
    Quisisteis nacer; os dejé nacer.
    ¿Cuándo se ha interpuesto mi dolor
    en el camino de vuestro placer?
  • Rafael Ramoshas quoted2 years ago
    No puedo amar
    lo que no puedo concebir, y tú no revelas
    virtualmente nada: ¿acaso te asemejas al espino,
    siempre la misma cosa en el mismo lugar,
    o a la dedalera inconsciente, que brota primero
    como espiga rosada en la ladera, junto a las margaritas,
    y al año siguiente es púrpura en el rosedal? Ya ves
    lo inútil que es este silencio que promueve en nosotros la creencia
    en que tú puedes ser todas las cosas, la dedalera y el espino, la vulnerable
    rosa, la terca margarita; nada nos queda sino pensar
    que no podrías existir
  • Rafael Ramoshas quoted2 years ago
    OCTUBRE contigo que eres como los abedules:
    no debo hablarte
    de modo personal. Muchas
    cosas han pasado entre nosotros. ¿O
    sólo me ocurrieron a mí? Me
    siento culpable, culpable, te pedí
    humanidad; no soy más menesterosa
    que los otros. Pero la ausencia
    de todo sentimiento, de la menor
    preocupación por mí… También podría
    dirigirme a los abedules
    como en mi vida anterior: dejemos
    que lo hagan del peor modo, déjale
    que me entierren con los románticos,
    que sus hojas amarillas y afiladas
    caigan sobre mí
    y me cubran.
  • Rafael Ramoshas quoted2 years ago
    CUANDO os hice os amé.
    Ahora me dais lástima.
    Os di todo aquello que necesitabais:
    lechos de tierra, mantas de aire azul;
    Cuanto más me alejo de vosotros
    más claramente os veo.
    Vuestras almas deberían ser inmensas,
    no lo que son ahora,
    pequeñas cosas parlantes.
    Os concedí todos los dones,
    el azul matinal de primavera,
    tiempo que no supisteis usar;
    pero queríais más, el único don
    reservado para el resto de las criaturas.
    Aunque lo anhelaseis,
    no os hallaríais jamás en el jardín,
    entre las plantas que crecen
  • Rafael Ramoshas quoted2 years ago
    Aun aquí, aun en los comienzos del amor,
    su mano al abandonar la cara
    da una impresión de despedida,
    y ellos se creen
    capaces de ignorar
    esta tristeza
  • Rafael Ramoshas quoted2 years ago
    AL lado tuyo, pero no
    de tu mano: así te miro
    andar por el jardín
    de verano: las cosas
    que no pueden moverse
    aprenden a mirar. No necesito
    perseguirte a través
    del jardín; en cualquier parte
    los humanos dejan
    señal de lo que sienten, flores
    esparcidas en el polvo del camino, todas
    blancas y doradas, algunas
    levemente alzadas
    por el viento de la tarde. No necesito
    seguirte adonde estás ahora,
    hundido en la ponzoña de este campo, para
    saber la causa de tu huida, de tu hermana
    pasión, de tu rabia: ¿por qué otra cosa
    dejarías caer todo aquello
    que has acumulado?
  • Rafael Ramoshas quoted2 years ago
    A veces un hombre o una mujer imponen su desesperación
    a otra persona, a eso lo llaman
    alternativamente desnudar el corazón, o desnudar el alma.
    (Lo que significa que para entonces adquirieron una.)
  • Rafael Ramoshas quoted2 years ago
    Afuera, la tarde de verano, todo un mundo
    arrojado a la luna: grupos de formas plateadas
    que podrían ser árboles o edificios, el angosto jardín
    donde el gato se esconde para revolcarse en el polvo,
    la rosa, la coreopsis y, en la oscuridad, la cúpula dorada del capitolio
    transformada en aleación de luz de luna,
    forma sin detalle, el mito, el arquetipo, el alma
    llena de ese fuego que en realidad es luz de luna,
    tomada de otra fuente, y brilla
    unos instantes, como brilla la luna: piedra o no,
    la luna sigue estando más que viva.
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