Un día te inventaron el cuerpo, criatura terrestre, para que no te separaras nunca del asfalto. Y el cuerpo contrajo deudas con el mundo. Un nombre, un encuentro, una historia. La muerte. El cuerpo sólo te impidió volar o desaparecer. Pero es así, a través del cuerpo, que se conoce la soledad definitiva. Justo en medio de la historia, albergando entre las células la significación violenta de la historia, el cuerpo es uno, sólo uno, no puede ser más