Son las siglas de Loco-Arquitecto-Carpintero-Juez, que representan las fases por las que un escritor debe pasar:
El Loco recopila el material y genera ideas.
El Arquitecto organiza la información esbozando un esquema, aunque sea sencillo.
El Carpintero pone tus ideas en palabras, compone las frases y los párrafos siguiendo el plan del Arquitecto.
El Juez es el encargado del control de calidad, el que pule todo el texto: desde ajustar el lenguaje hasta corregir la gramática y la puntuación.