Sin ir más lejos, aquellas empresas u organizaciones (incluimos también a la dirigencia política y el Gobierno) que no logran «decodificar» los cambios acelerados de la sociedad, difícilmente podrán sortear de buena forma un crisis desde la perspectiva comunicacional. Seguramente interpretarán de forma errada ciertas conductas colectivas o señales que les esté entregando el entorno.