Yaa Gyasi

Sin embargo, tendida inmóvil en la cama, mi madre se consumía por dentro

Había venido a California porque quería perderme, encontrar.

No es hasta que nos perdemos, en otras palabras, hasta que hemos perdido el mundo, cuando empezamos a hallarnos a nosotros mismos y nos damos cuenta de dónde estamos y del alcance infinito de nuestras relaciones».

Un minuto antes había un Dios que tenía al mundo en sus manos; al minuto siguiente el mundo caía en picado, una caída infinita, sin llegar nunca al fondo del abismo.

Un minuto antes había un Dios que tenía al mundo en sus manos; al minuto siguiente el mundo caía en picado, una caída infinita, sin llegar nunca al fondo del abismo.

Un minuto antes había un Dios que tenía al mundo en sus manos; al minuto siguiente el mundo caía en picado, una caída infinita, sin llegar nunca al fondo del abismo.

Ama Ata Aidoo, Changes

yo tenía veintiocho años

que yo más temía, convertirme en mi madre, estaba ocurriendo y sucedía físicamente, a mi pesar.

vive tu vida como una plegaria.