La tecnología hizo posible que el volumen de audiencia se tradujera directamente en más publicidad, y esta, en más ingresos fácilmente calculables a partir de un parámetro llamado CPM (coste por mil impresiones). Si el CPM de un periódico es de 10 euros, eso quiere decir que por cada mil páginas vistas (mil artículos vistos o un artículo visto mil veces) el medio ganará 10 euros en publicidad. En principio da igual que el lector pase un segundo viendo una foto banal de un gato relamiéndose el bigote o diez minutos enfrascado en un reportaje de investigación exclusivo en el que un reportero se ha jugado la vida en Siria. Todos los clics valen lo mismo.