Todos los grandes avances de la cocina clásica se deben a esos sujetos que fueron los primeros en comer mollejas, probar el Stilton sin pasteurizar o descubrir que los caracoles sabían verdaderamente bien con mantequilla de ajo. Eran temerarios, innovadores y villanos. No sé a quién se le ocurrió que, si haces engullir a un ganso alimentos ricos durante suficiente tiempo hasta que se le hinche el hígado y pese más que el cuerpo, consigues algo tan sabroso como el foie gras. Creo que fue a esos majaretas de los romanos pero, en cualquier caso, les agradezco mucho el esfuerzo