Si consideramos que el género infantil y juvenil merece un verdadero estatuto, para transmitirlo y orientar a nuestros alumnos es preciso conocer bien la teoría literaria y a los mejores representantes de su creación.
Esta capacidad no se improvisa, queridos maestros y maestras. Tampoco responde a una doctrina. Nuestra tarea es una difícil aventura de búsqueda. Explorar el campo de la literatura infantil y juvenil implica interesarse por la lingüística y la psicología, la estética y la pedagogía; asimismo, estar atento al buen cine y al teatro, no desairar los dibujos animados ni las historietas, tener el oído dispuesto a la música y los giros coloquiales,