El futuro es algo que nunca podemos prever del todo por muchos planes que hagamos. No obstante, tampoco debemos abandonarnos sin más a él. Por ejemplo, si quieres tener menos posibilidades de enfermar, quizá sea mejor que mejores tu estilo de vida. Séneca, en otro pasaje de la carta anterior, afirma:
No por ello te aconsejo la despreocupación. Más bien evita las cosas que infunden temor, prevé cuanto la prudencia puede prever, observa y aleja de ti, mucho antes de que suceda, todo cuanto pueda perjudicarte. Para lograr este objetivo te ayudarán muchísimo la confianza en ti mismo y el ánimo robustecido para soportarlo todo. Puede esquivar la fortuna quien puede aguantar sus envites. […] Nada más desdichado ni insensato que temer por adelantado: ¿a qué viene esta locura de anticipar el propio mal?