Tengo algo mejor que eso –dijo Montecristo–: tengo una esclava. Ustedes alquilan amantes en el teatro de la Ópera, en el teatro Vaudeville, en el teatro de Variétés; yo, yo he comprado la mía en Constantinopla; eso me cuesta más, pero, en ese aspecto, ya no necesito inquietarme por nada
En estos tiempos, eso es un escándalo!!!