Cada vez somos más
las que buscamos
a nuestros hombres
en el plantío
en el desfiladero
Las que planchamos
la misma prenda
como si el contacto con ella
pudiera regresarnos
el aroma de su cuerpo
la risa que sacudió su camisa
como si pudiera devolvernos
el recuerdo de su mano
aferrada a la nuestra
aquellos días
de sus primeros pasos
Muchas más
las que esperando
cada tarde
desdoblamos
la hamaca
de nuestras hijas
Las que en el patio
donde crecían
el papayo
y el naranjo
cavamos túneles
para esconder
a las niñas
que les han crecido los pechos
Los narcos las consideran
fruta
sabrosa