Así pues, los lazos que tejió Edoardo Agnelli, muerto en 1935, año del final del quinquenio de oro juventino, con el régimen fascista se estrecharon gracias a la relación que sus hijos Gianni y Humberto, convertidos en presidentes del club en 1947 y en 1955 respectivamente, mantuvieron con los gobiernos que se sucedieron en Italia después de la Segunda Guerra Mundial, liderados por la conservadora Democracia Cristiana, un partido con el que la familia Agnelli mantuvo siempre una relación privilegiada