Ahora bien, cuando el mundo de los fenómenos se manifiesta a partir de la naturaleza primordial, perdemos de vista la unidad primera de la conciencia y del mundo, e introducimos una falsa distinción. Se instaura entonces la fractura entre el yo y el no yo, y aparece el mundo de la ignorancia, o samsara. El nacimiento del samsara no se produjo en un momento determinado del tiempo. El samsara es, en cada instante y en cada uno de nuestros pensamientos, el reflejo de la reificación del mundo operado por la ignorancia.