Era eso: ponerle límites al cuerpo de mi papá. Comprimir su infinita lejanía para poder visitarlo cada tanto. Necesitamos dibujarles fronteras a los muertos porque es insoportable que lo habiten todo. Así se combate la muerte, yo he visto. Se guardan los cadáveres de los que quisimos en vida para sentir que podemos volver a ellos. Si logro reunir a mi papá en un puñado de documentos, quizás pueda aplacar la incertidumbre, acariciarle el lomo a la pregunta de quién soy.