De joven había deseado amar, había sentido que debía amar, pero el amor no se había cruzado en su camino
Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
La señorita Embrey ocupaba la planta baja, y a las ocho y media sus tres inquilinas, Letty, Marya y la señorita Alice Spurgeon, salieron de sus cuartos como animales de sus madrigueras y bajaron las escaleras
Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
Las mujeres solas tenían que abrirse camino en solitario por la vida y era obvio que Letty ya lo sabía
Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
¿Qué había sucedido para que alguien como ella, una mujer inglesa nacida en Malvern en 1914 e hija de padres de clase media, se encontrara en esta habitación de Londres rodeada de unos nigerianos entusiastas que gritaban y entonaban cánticos? Sin duda debía de ser por no haberse casado
Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
David y yo nos hemos dado cuenta de que no somos más que dos personas solitarias con mucho que ofrecernos la una a la otra», escribió Marjorie
Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
Esta carencia suya era algo a lo que se había acostumbrado y en lo que ya no pensaba, pero resultaba desconcertante, incluso un poco escandaloso, descubrir que fuera algo que Marjorie no había superado en absoluto
Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
Me preguntaba si podrían hacer un poco menos de ruido —dijo Letty—. A algunas nos resulta bastante molesto
Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
O lo es o no lo es. El término no admite matices
Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
—Solo espero que luego no pagues demasiado caras las consecuencias. —A Norman le resultó imposible resistirse a poner el toque funesto a las fiestas
Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
Letty se había concienciado para afrontar la Navidad con valor y una suerte de arrojo premeditado, estaba decidida a mantener a raya la posibilidad de sentirse sola