Unos meses antes de morir, mi papá me llamó emocionado a decirme que TENÍA que leer este libro, que era el mejor libro que había leído en su vida. Me pidió que fuera en ese momento a comprarlo y que lo leyera de inmediato. Fue, creo, el último gran regalo que me hizo.
Me dijo que era un libro sobre mí, sobre mis libros, y por eso también un libro sobre él. Era un libro que nos contaba cómo llegamos aquí. No llegué a platicarle lo mucho que me gustó y lo importante que lo considero ahora, pero estoy segura que lo sabe.
Un manifiesto que, de manera personal, nos regresa al hermoso camino de la lectura, que le da sentido a quienes nos apasionan los libros y quienes, constantemente, encontramos un refugio en ellos. Ojalá lo hubiera leído antes para compartirlo con alguien muy especial que ahora ya no está.
Romántico y trágico
Odio caer en los clichés, pero este libro es una auténtica carta de amor a los libros. Me encantó de principio a fin. Las historias de todas esas personas que han contribuido a preservar los antiguos relatos, tan vigentes, porque después de todo somos humanos, me salvaron en meses dificiles. Quién iba a decir que las historias de personas desconocidas en épocas y sitios tan remotos, contadas a través de la bella prosa de Irene, harían tanto por mi. Muchas gracias por todo Irene, no te conozco y posiblemente nunca lo haré, y sin embargo te leo como a una amiga 🙂.
Mega recomendado este libro!!!