¡Qué maestría narrativa la de Ian McEwan! De verdad que este libro no se puede parar de leer (o de escuchar).
Ya había visto la película y suponía que eso me haría sentir menos emociones con la novela, pero no. La experiencia de la novela es tan bella y sublime como la de la película.
Es cierto que es un libro lento, que a veces pasa demasiado tiempo en las descripciones, pero al final todo ese detalle suma a la experiencia de lectura. Vale la pena tomarse su tiempo para leerlo (o escucharlo como en mi caso) sin prisas. De alguna manera lo siento como un libro que enseña de escritura, de aprender a narrar y dar matices a los personajes.
Al final, se removieron más cosas de las que esperaba en mi, pero creo que ese es el objetivo de la literatura, crear esos afectos temporales con personajes ficticios para conocer nuestra propia profundidad y permitir fluir nuestras emociones, mostrarlas en su pureza y así ser personas más empáticas y comprensivas en nuestra vida real. Quizá no era el objetivo exacto de Ian McEwan, pero así lo sentí en mi corazón y me siento muy contenta de haber audio leído esta novela, aunque me haya roto el corazón una vez más.
Impresiona un poco notar cómo esta parodia hiperbólica de la derecha británica en 2019 resulta un retrato justo del presidente argentino en 2024.
Después de escuchar este audio libro, no me queda duda de por qué Ian MacEwan es uno de los maestros de la literatura contemporánea en inglés.
Admito que fui muy optimista al seleccionar esta lectura conociendo la historia de Expiación.
Me gustó, disfruté el tono de la narración y expectación sobre cómo iban a manejar el problema los protagonistas, ahí fue donde me ganó el optimismo… uff, en fin, la vida.