Creo que este es uno de los grandes problemas de las congregaciones de hoy, y es que no existe discipulado, y si es que lo hay se limita al estudio de un manual y no a la enseñanza persona a persona. Si Dios nos permite ser líderes o tener algún ministerio, eso también es para que nosotros enseñemos y ministremos a otros, nosotros no somos imprescindibles, necesitamos preparar a otros.
Si nosotros hacemos todo, entonces no dejaremos que otros crezcan, y si nosotros, no les enseñamos a otros, quizás ellos tampoco se atrevan a liderar, por falta de preparación. Cuando Dios te llama, te llama a un servicio que va más allá de hacer todo tu solo, sino más bien te llama a preparar a otros.
"Dios te puede mover de un lugar a otro, por ende, alguien debería estar siendo preparado para asumir la responsabilidad. Preparar a otros es una muestra de humildad y amor, Jesús nos llama a multiplicaros, y ¿cómo nos multiplicaremos, si nosotros no dejamos crecer a los demás o no los capacitamos para que puedan liderar a otros?.