María Gripe nació en Vaxholm, Suecia, en 1923. Cuando se dio cuenta de que se había leído todo lo que estaba a su alcance relacionado con temas medievales y novelas históricas, decidió escribir su propia novela. Tenía 12 años y rellenó y rellenó cuadernos, pero nunca la terminó. Cuando era niña siempre soñó con ser capitán de un barco de vela y navegar por el mundo. Sin embargo, se licenció en Filosofía e Historia de las Religiones. Estuvo bien rodeada de arte: un padre escritor y un marido pintor e ilustrador. Fue este último el que más la animó a que pusiera por escrito las historias que contaba a su hija. Su hija tenía una casa de muñecas habitada de animales y seres fantásticos con los que jugaban y hacían teatro. Un día fue a una editorial con todos aquellos relatos puestos por escrito y para su sorpresa se publicaron hasta tres libros. Así empezó todo y no ha podido dejarlo. Con un estilo sencillo y muy cuidado trata temas del día a día, aunque a veces estos sean bastante delicados, pero siempre relacionados con el niño: el hijo no deseado o ignorado, el alcoholismo, el paro, la inadaptación, la muerte, la soledad...