Inés Púrpura

a los 12 años
aún se es inocente frente al mundo.

copos de avena sobre la tierra.

as noches del corazón.

olver con ansias de contarlo todo.
Agitar los brazos y la memoria
en los detalles gigantes
de las pequeñas cosas.

Quedarme para siempre en tu abrazo
hasta que el sol venga a buscarme
me queme la piel
y los recuerdos
hasta convertirme en polvo
en tu abrazo
en el sol que vino a buscarme

A mí siempre me pareció pura magia
como esta poesía
que no va a cambiar ningún destino

Tomaremos pequeñas siestas
bajo el sol
para recordar que la vida
a veces es un poema.

Mi corazón es también tu casa
detrás de la niebla
nuestras manos enlazadas
forman
pájaros.
Nuestro amor no es una catástrofe
ni una salvación;
es lo que edificó el viento.
Todas esas veces que sonreíste
floreció un jardín.

Me gusta la luz de tu ventana
cuando estoy desnudo
jugando con tu gato
observando los detalles de tu habitación
me gusta la intimidad
que hay en las pequeñas cosas.
Tu ropa acomodada en la silla
la pequeña biblioteca
algún que otro amuleto.
Me gusta estar desnudo y solo
sintiendo tu olor a sexo
tu perfume
tu presencia rayo y alquimia
tu risa y tu desolación.
Dormirme como uno más
otro mortal en este mundo.

Hay que nombrar los finales
para entenderlos.