"Un ciego llamado Goya con pedazos de noche. Un mudo llamado Sietecase escribe con tintas deshilachadas. Ambos bailan una danza fiera, quieren atraer a un deseo que viene envuelto en ropajes de muerte, quieren ahuyentar una muerte que jadea como un deseo. Una vez más, Sietecase arma una historia con la gestualidad del coloquio, convocando en su montaje la cita culta, la jerga, la imagen poética y la tensión narrativa. Desde este aire fragmentado, Goya toma la palabra -de a ratos con fraseo de tango- y escupe fuego por la boca, estampa pesadillas sexuales en las paredes y deja un náufrago repartido en sus telas" Jorge Boccanera