Afrontar un mega corte de agua no debería ser problema para una ciudad que previó con meses de anticipación sobrevivir unos tres o cuatro días sin servicio, pero en esta ciudad nunca se sabe y el hecho es que el corte se extendió por muchos días más. Con la sequía se resecó aún más la confianza que los ciudadanos sienten por las autoridades y emergió un concepto nuevo que inundó las conversaciones de aquellos días: la hoy famosa "K" invertida. Julene Iriarte y Eduardo Limón presentan una crónica que entremezcla historias que tuvieron que ver con los días en que la ciudad no tuvo agua.