Antes de ser mito, José José fue un niño y adolescente que creció en Clavería, el barrio de sus amores al norte de la ciudad. Ahí aún viven los amigos con los que cascareaba, se reunía a tocar la guitarra en el “Parque de los Vagos “, enamoraba a más de una con su carisma, tocaba serenatas con sus cuates y organizaba tardeadas en su casa. Sus amigos de juventud, hoy mujeres y hombres cubiertos de canas, nos cuentan desde esa colonia cómo era el chico inquieto que se ganaba la vida como obrero litográfico, que iba y venía en bici y que años después conquistó con su voz a un país para siempre, aunque hoy se haya ido.