Si la idea de invertir en la bolsa de valores te asusta, no eres el único. Las personas con muy poca experiencia en la inversión bursátil están aterrorizadas por las historias de terror en las que el inversor medio ha perdido el 50% del valor de su cartera, sino es que más, por ejemplo, en los dos mercados bajistas que ya se han producido en este milenio, se han dejado seducir por los «consejos calientes» que prometen grandes recompensas de dinero, pero que rara vez dan buenos resultados. No es de extrañar, que se diga que el péndulo del sentimiento inversor oscila entre el miedo y la codicia. La realidad es que la inversión en el mercado de valores conlleva riesgos, pero cuando se aborda de forma disciplinada, es una de las formas más eficaces de ganar dinero. Mientras el valor de la vivienda suele representar la mayor parte del patrimonio neto del individuo medio, la mayoría de las personas adineradas y muy ricas suelen tener la mayor parte de su riqueza invertida en acciones. Para entender la mecánica de la bolsa de valores, empecemos por profundizar en la definición de acción y sus diferentes tipos.