En teoría estoy satisfecha como hacía mucho tiempo que no lo estaba. En la práctica me atormenta un hambre bestial. Por comer me he convertido en una persona hambrienta de verdad. Ciertamente existe una explicación científica para este hecho. Parece que la comida excita la secreción gástrica y predispone los jugos para la digestión. Y cuando éstos se disponen a cumplir su cometido, resulta que el proceso termina abruptamente debido a la escasa ingesta. Entonces los jugos gástricos protestan