Si se entristece alguien, gimiendo en su corazón, con el alma herida por un dolor reciente, en cuanto un aeda criado por las Musas celebre la gloria de los hombres antiguos y loe a los Dioses dichosos que habitan el Olimpo, ese alguien olvidará sus males y no se acordará más de sus dolores, pues los dones de las Diosas le habrán curado.