Es complicado saber qué es más agotador: si la pura arbitrariedad de estar segura de que el gran amor puede aparecer en cualquier momento y lugar y cambiarte el destino en un instante (¡nunca se sabe quién puede aparecer al doblar la esquina!) o los esfuerzos de mantenimiento (manicura, ahuecado de raíces, ingles brasileñas, tratamientos faciales) que garantizan que estarás madura para la cosecha cuando llegue el momento.