Ajonjolí está muy inquieta. Más que de costumbre. Como un torbellino morado. Va a ser su cumpleaños y no puede esperar para saber si recibirá regalos. Para que dele de desordenar toda la casa, su mamá le da un encargo: que vaya a casa de su abuelita por un poco de tenmeacá. El problema es que la abuelita no recuerda dónde lo guardó y Ajonjolí no lo conoce.