Así como Carmilla sentó las bases para el estereotipo de los vampiros; Soy leyenda, publicado en 1954, se convirtió en el arquetipo de la supervivencia post apocalíptica, retomado por George Romero para su cinta La noche de los muertos vivientes, en 1962, y varias cintas posteriores del género zombie.
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Soy leyenda nos sitúa en un mundo desolado, en el cual una catástrofe acabó con la raza humana, mutando a la mayoría de los seres vivos, o incluso ya muertos, en una especie de vampiros. Criaturas que no toleran la luz, los espejos, el ajo, y ciertos aspectos de la religión (Porque como nuestro protagonista logra descubrir, un vampiro que fue ateo en vida, no tiene razón para temer a la cruz).
Robert Neville es nuestro superviviente y guía en el apocalipsis, es alguien que lucha cada día contra su soledad, contra los vampiros y contra sus recuerdos. Este libro describe una sociedad brutal, que nos cuestiona el porque luchar si posiblemente ya no existan esperanzas; Robert Neville lucha completamente contra si mismo durante el día, y contra las criaturas durante la noche; cae por completo en la desesperación, y se levanta en busca de un sentido. A medida que avanza la lectura vemos cambios en el personaje, tanto para bien como para mal, y nos damos cuenta que en un mundo desierto lleno de vampiros, hay cosas más aterradoras que las criaturas de la noche.
En este clásico de terror y ciencia ficción, se da una explicación científica a los vampiros y a sus debilidades; se explora la psique humana y aquello que nos hace participe de la sociedad.