Sabía que este libro no me decepcionaría. Ay dios como me hizo sufrir. El relato de una familia super disfuncional. Todo gira en torno al alcoholismo de Agnes, la madre de Suggie. Podia sentir hasta el tope la angustia, la decepción, la tristeza de Shuggie y su hermano cada que Agnes comenzaba a beber o salía a buscar alcohol olvidandose de absolutamente todo. Lo que más me partía el corazón era ver como Shuggie por ser el más pequeño tenía sí o sí que quedarse con su madre y a pesar de todas las desiluciones y penares que esta le hacía pasar, él siempre guardaba una esperanza de que su madre se compusiera. Además de la batalla por tratar de mantener sobria a su madre, Shuggie tenía que librar otra, el acoso de todo el mundo hacia él por no ser masculino o varonil, soportando insultos, golpes, humillaciones, rumores sobre él que lo aislaban más del mundo encadenandolo a la única y nociva compañía de su madre.
En toda la historia se puede sentir una asfixia en general, algo que ya no se puede tolerar y lo abarca todo; la adicción de Agnes, la casa, el vecindario, la pobreza, es algo desquiciante.
De verdad es una historia que nunca se me va a olvidar porque tiene todos los elementos para hacerla una tragedia. Se las recomiendo bastante.
