De delitos y una vida sórdida, Jean Genet sabía mucho: desde los diez años vivía en las calles, entrando y saliendo de prisión, pero fue hasta su estadía en la cárcel de Fresnes que se volcó de lleno a la escritura como método de autoayuda. De ahí salió su primera novela Santa María de las Flores, una historia autobiográfica que le abrió las puertas para recibir el apoyo de personalidades como Picasso, Sartre y Cocteau, que le ayudaron a conmutar su pena y salir de prisión en 1949.