María Rosa de Gálvez y María Rita de Barrenechea, además de ilustradas y escritoras, fueron amigas. Que mantuvieran una amistad puede parecer irrelevante, pero cabe recordar que, hasta no hace mucho, esta era territorio reservado de la masculinidad. Ellas nos demuestran que la amistad entre mujeres no es ninguna novedad. La sororidad también tiene una larga historia, y son un ejemplo, de los muchos que existen, de que esta ya se ejercía hace más de dos siglos y de que, una vez más, se ha silenciado parte de la historia, la que implica a las mujeres.
El relato que traza Herminia Luque de estas dos pensadoras en Escritoras ilustradas. Literatura y amistad nos remite, como bien dice su título, a toda una generación de ilustradas, y nos descubre sus pensamientos, historias de vida, o los documentos que se conservan. Su ensayo analiza las relaciones que se dieron entre todas estas autoras y que, de alguna manera, influyeron en nuestro presente, como es el caso de Inés de Joyes o de La pensadora gaditana. Así, se consigue cohesionar una historia que, en la mayoría de los casos, nos ha llegado fragmentada.
La historia de la Ilustración en España, sin descubrir y ahondar en estas autoras, queda incompleta. Ellas también fueron parte del corpus español, estuvieron en los salones y charlaron con hombres y mujeres, dando su punto de vista, creando pensamiento y permitiendo que se avanzara en la libertad, la igualdad y la fraternidad y, por supuesto, en la sororidad.